La Diosa de Piedra
[Yeimmy Katherine Vallejo Murcia]
Esta es la historia de una joven llamada Dulce María, atrevida, extrovertida, alegre, amable y con la virtud de la curiosidad en un 100 por ciento. Esta estudiante de Arqueología se encontraba una mañana del mes de abril en su computador investigando para la primera exposición que tenía en su universidad sobre una pieza arqueológica. Entre su búsqueda se encontró con las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, La Gran Pirámide de Guiza, Los Jardines Colgantes de Babilonia, El Templo de Artemisa, La Estatua de Zeus en Olimpia, El Coloso de Rodas y El Faro de Alejandría. Al hacer un recorrido entre lo encontrado, notaba que éstos habían sido los más grandes descubrimientos y que tenía mucha información, pero ésto no era lo que deseaba Dulce María, ella quería algo especial con lo cual se sintiera identificada.
Llegando la tarde, la joven continuaba en su búsqueda sobre un hallazgo arqueológico, que aunque no era muy exhaustiva, tenía mucha información sobre las excavaciones más majestuosas del mundo. En ese instante llega su Abuela.
-Hola Dulce María, ¿Cómo vas con la universidad? -le preguntó su abuela con tono de agrado y amor por su nieta.
-Muy bien abuela, debo hacer una exposición sobre una pieza arqueológica que se haya descubierto, pero estoy investigando y aún no sé qué pieza escoger. Deseo encontrar una pieza que no sea muy conocida.
En ese momento la Abuela recordó una historia que le habían contado hace muchos años y le dijo a Dulce María.
-Acompáñame este fin de semana a la finca y te mostraré algo que te servirá para tu exposición, algo muy especial que me contó mi abuela.
Al llegar el fin de semana ambas se fueron para la finca y sobre la chimenea entre candelabros, porcelanas y retratos había una foto en especial de su Trastatarabuelo que se encontraba con una pieza de piedra en sus manos. Dicha escultura tenía un tallado tan fino que se alcanzaba a reconocer los rasgos de una bella mujer.
La Abuela de Dulce María sabía que esta pieza era valiosa, pero las generaciones de su familia no le habían dando un valor económico sino sentimental y familiar. Acompañadas de un clima frío y un café caliente, ambas sentadas al lado de la chimenea, la abuela inició a contar la historia que ella sabía de la escultura que tenía entre las manos su Cuarto Abuelo.
-Mi Trastatarabuelo o mi Cuarto Abuelo, como lo quieras llamar, viajó a muchos países de Europa, recolectando objetos que representaran un país y los llevaba al museo para el cual trabajaba, así las personas que no tuvieran la posibilidad de viajar y conocer las maravillas del mundo se pudieran trasladar a las demás culturas existentes.
La abuela mirando el fuego de la chimenea continuó su relato.
-La historia que me contó mi abuela está muy relacionada con lo que tú estudias; mi Cuarto Abuelo realizaba excavaciones en diferentes partes de Europa. Una de estas excavaciones fue realizada en Grecia, en la ciudad de Atenas y de allí provienen las historias de los Dioses de la Mitología Griega.
La joven sostenía la foto en sus manos y detenidamente la observaba y escuchaba a su abuela, con ninguna intención de interrumpir su relato.
-La escultura fue encontrada en una excavación de rutina que realizaban las personas del museo en el que trabajaba tu abuelo. Mi Cuarto Abuelo se alejó un poco de la excavación para tomar un descanso y al regar su agua, encontró que de la tierra que habían movido para la excavación habían sacado una pieza de piedra que por ser pequeña no la habían notado.
La Abuela tomó un respiro y un trago de café y mirando a Dulce María siguió con la historia.
-Al limpiarla encontró que esta pieza tenía la forma de una mujer que él conocía. Él creyó que era la Diosa de la Sabiduría Atenea, ya que había visto en Grecia otras esculturas muy parecidas, pero aún no estaba seguro. Él decidió no decir nada y guardó la pieza.
-Pero abue, eso quiere decir que nuestro abuelo robó ésta pieza que hubiera sido un gran hallazgo para la historia -exclamó Dulce María con un tono de sorpresa en su voz, reconociendo que la acción de su abuelo no había sido la correcta.
La Abuela le respondió con firmeza y confianza.
-Sí, y estoy segura que él lo sabía, pero se enamoró de esta pieza y no quizo compartirla, porque sabía que las personas del museo se la quitarían y no podría conservarla. Realizó su propia investigación y descubrió que esa silueta era de La Diosa de la Sabiduría, la Guerra y el Arte, Atenea, por la cual la capital de Grecia es llamada Atenas.
-Mi abuela decía que la Trastatarabuela siempre hablaba de una segunda mujer en la vida del Trastatarabuelo, pero no era una mujer de carne y hueso. Ésta bella mujer era de piedra. (Risas) Ahora entiendo por qué lo decía-, la Abuela lo expresó con una gran sonrisa por lo irónico de la situación.
-El Trastatarabuelo se había enamorado de una Diosa de Piedra; la que cuidaba de él y lo ayudaba a tomar las decisiones para sus negocios. Aquellos que siempre eran de una gran riqueza.
-Así que la riqueza de la familia proviene gracias a la Diosa del abuelo- intervino Dulce María en tono divertido. (Risas)
-Pero, abuela de igual modo debemos hacer una valoración de la escultura, así nuestro abuelo no lo deseara, el mundo debe conocer esta hermosa escultura tallada en piedra.
-Claro que sí mi niña, ahora ésta será tu investigación-, le respondió la Abuela dejándole una gran responsabilidad a Dulce María.
-Y ¿dónde está la escultura?-, preguntó Dulce María.
-Mi abuela decía que el Trastatarabuelo deseaba ser enterrado con la Diosa de Piedra.
Dulce María escuchó a su Abuela y con cara de una gran sorpresa le dijo:
-¿Cómo? - ¿Así que la escultura está enterrada con el abuelo?
Dulce María, escandalizada por lo que había dicho su Abuela, suspiró, miró hacia la ventana y luego miró a su Abuela, y ella sólo hizo una sonrisa de confirmación.
-Abue será maravilloso dar a conocer una pieza tan valiosa; pero, eso quiere decir que debemos exhumar el cadáver del abuelo-, comentó Dulce María a su Abuela con mucho entusiasmo y expectativa de lo que podría pasar al hacer la exhumación.
La curiosa Dulce María pensaba, pensaba y pensaba. Sabía que no sería fácil y que necesitaba hacer una gran investigación acerca de exhumar cadáveres y la manipulación de la escultura, porque ella aún no tenía práctica en esto, pero Dulce María no quizo decir nada a nadie sobre el tema, era un secreto de ella y su abuela. Además existía la posibilidad que la escultura no estuviese en el ataúd del Trastatarabuelo.
Al transcurrir varios días, después de haber realizado todo lo necesario, llegó el día para la exhumación del cadáver del Cuarto Abuelo. Dulce María decidió contar con mucha cautela lo que haría a varios miembros de la familia, ellos estuvieron de acuerdo y estaban allí, en este posible descubrimiento histórico.
La Abuela tenía mucha curiosidad, pensaba que podría ser posible que no se encontrara la escultura, pero también pensaba que eran muchos años sin ver la pieza y además sin saber nada de ella. Finalmente pensó que sería divertido y que pasara lo que pasara, su nieta aprendería mucho de esto.
La familia se encontraba reunida en el panteón familiar; después de una hora de espera, el sepulturero inició la apertura del ataúd, el cual guardaba un extraordinario misterio, porque no sabían con seguridad lo que allí podrían encontrar.
Todo quedó nublado, los familiares tosían por el polvo, no alcanzaban a ver nada, sólo reconocían las masas de los presentes. Con mucha curiosidad todos se indagaban sobre lo que sucedería y si la escultura se encontraría en las manos del cadáver de su ancestro.
Al despejarse la nube de polvo, Dulce María atenta, tenía todos los materiales a su alcance para sacar la escultura, pero sentía que las manos le temblaban, tenía escalofrío, era su primera exhumación y era del cadáver de su Quinto Abuelo. Todos deseaban ver lo que quedaba del Trastatarabuelo, todos pensaban que sólo habría huesos y no escultura. Pero estos huesos, algunos hechos polvo, escondían una valiosa historia.
Dulce María, después de una gran sorpresa, miró a su abuela, quien tenía el susto impregnado en su cara. Se acercó lentamente al cadáver para iniciar la búsqueda de la escultura y con mucho respeto hizo una oración en silencio sobre el esqueleto de su Quinto Abuelo. Cuidadosamente inició a sacudir el polvo y después de unos minutos, su cara de asombro y de una inmensa alegría expresó el hallazgo. Allí, entre huesos y polvo, se encontraba la Piedra con silueta femenina y con un tallado tan fino que resaltaba la belleza de la mujer. Todos los presentes estaban muy felices y sorprendidos, pero sobre todo la abuela de Dulce María, que sintió un gran orgullo por su nieta.
Dulce María sabía que al hacer pública su investigación, la escultura de La Diosa Atenea debía ser entregada al museo, así que entre su investigación encontró que con los avances de la tecnología se podía replicar esta pieza aunque fuera en otro material. De esta manera otras personas podrían tener una copia y además poder conservar esta maravillosa escultura, que había estado enterrada por miles de años. Dulce María recordó algo de una conferencia de las nuevas tecnologías, después investigó y encontró que con el Escaneo 3D podría tener una réplica similar conservando las mismas características, excepto que no sería de piedra sino con filamento PLA, un plástico especial para imprimir en 3D.
Dulce María decidió ir al LAB, un laboratorio de experimentación, investigación, creación y apropiación tecnológica, donde encontró la información necesaria sobre las impresoras. Allí conoció el proceso para la impresión 3D y el Escaneo en 3D. De esta manera se podría hacer las réplicas que deseara, sin que esta pieza sufriera ningún daño.
Después de tres días, llegó el día de la exposición. Dulce María, llena de orgullo por su historia familiar, entregó los resultados del hallazgo y contó la historia de por qué había llegado hasta el punto de haber exhumado el cadáver de su Trastatarabuelo y por qué consideraba ella que su Quinto Abuelo se había enamorado de una preciosa escultura. Por la simple razón que era majestuosa, completamente hermosa y llena de virtudes, las cuales han resaltado en la historia.
Después de esto, entregó al museo con la frente en alto la escultura original, pero también logró entregar varios souvenirs a las personas que asistieron, incluyendo a su abuela. Éstos souvenirs fueron las piezas escaneadas en 3D e impresas en 3D de la escultura original de La Diosa de Piedra.
Los antropólogos que asistieron a la exposición quedaron impresionados por el descubrimiento de la joven estudiante de arqueología, que con sólo cuatro semestres en el pregrado, logró descubrir la valiosa escultura histórica que su Quinto Abuelo ocultó celosamente por tantos años y sobre todo, porque implementó recursos de nuevas tecnologías en un proceso histórico.